Cada año, el 8 de marzo recordamos que un mundo igualitario es posible. Y es que a pesar de vivir en una democracia avanzada, aún hay bastantes cosas que cambiar para creernos cumplidor@s de la Carta de los Derechos Humanos, acordada hace ya unas cuantas décadas por las Naciones Unidas. Hasta que niños y niñas, mujeres y hombres no tengan los mismos derechos a la formación, al trabajo, a un salario digno, etc. no podrá hablarse de justicia y, por lo tanto, de democracia.
Desde la Rosateca, expresamos nuestro apoyo a las políticas de igualdad que propician un cambio en la sociedad hacia un Estado más justo y agregamos nuestro granito de arena con nuestros "caramelos de saberes". Tenemos la esperanza de que la palabra escrita de los libros tenga esa fuerza necesaria para ir creando una sociedad igualitaria en su gran diversidad humana.
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